Los animales de compañía mejoran la calidad de vida de sus dueños, aunque bien es cierto que requieren una responsabilidad que no se puede eludir. Centrándonos en los gatos, son mascotas fáciles de cuidar y muy independientes.
Existen casi 60 especies de gatos con pedigrí. Esta variante son algo más predecibles y traviesos, pero también más cariñosos y necesitados de atenciones. Este tipo de felinos son de gran ayuda durante un proceso de duelo, ya que acortan la duración.
Además, los gatos ayudan a mantener la tensión arterial baja, gracias a las caricias que les damos. La gente con mascotas en casa tienen menos posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los gatos sin pedigrí suelen ser aquellos adoptados en centros de acogida, con la ventaja de que ya viene esterilizados y su salud suele ser menos delicada que los gatos «de raza». Los felinos son además, mascotas que inspiran emociones positivas, de alegría o ternura. Su característico ronroneo puede llegar a estimular el proceso de curación de lesiones en tendones y músculos, ya que tiene un efecto relajante.
En cuanto a los niños, disponer de un gato en su vida estimula muchos aspectos de su crecimiento, como son la sociabilidad, la responsabilidad a la hora de proteger a un miembro de la familia o el incremento de oxitocina, la hormona que estimula la sociabilidad, fortaleciendo vínculos y evitando trastornos obresivos.