El paso más importante que puedes tomar es ser honesto acerca de tus sentimientos. No niegues tu dolor, o tus sentimientos de ira y culpa. Sólo mediante el examen, podrás llegar a un acuerdo con tus sentimientos para poder trabajarlos.
¡Tienes derecho a sentir dolor y pena! Alguien que amabas ha muerto, y ahora te sientes solo/a y doliente. Tienes derecho a sentir ira y culpa, también. Reconoce tus sentimientos en primer lugar y, a continuación, pregúntate si las circunstancias los justifican.
El bloqueo hacia el dolor no hace que desaparezca: Exprésalo. Llorar, gritar, golpear el suelo, hablar…No trates de evitar el dolor al no pensar en tu mascota; en su lugar, recordar los buenos tiempos. Esto te ayudará a entender lo que la pérdida de su mascota significa en realidad para ti.
Para algunas personas, es útil para expresar sus sentimientos y recuerdos en los poemas, historias o cartas a la mascota. Otras estrategias es la reordenación de tu horario para llenar los tiempos que habrías pasado con tu mascota; la preparación de un recordatorio como un collage de fotos; o hablar con otros acerca de tu pérdida.
Si tu familia o amigos le encantan los animales domésticos, ellos van a entender lo que estás pasando.
¡No ocultes tus sentimientos en un esfuerzo equivocado para parecer fuerte y tranquilo! Trabajar tus sentimientos con otra persona es una de las mejores maneras de ponerlos en perspectiva y encontrar maneras de manejarlos. Encuentra a alguien con el que puedas hablar acerca de lo mucho que tu mascota significaba para ti y cuánto la echas de menos, alguien con el que te sientas cómodo para llorar libremente o pueda apoyarte en el duelo.
Si no tienes familiares o amigos que te entiendan, o si necesitas más ayuda, consulta a tu veterinario o asociación de amigos de los animales para recomendar un asesor de pérdida del animal o grupo de apoyo. Consulta con tu iglesia u hospital para encontrar servicios de apoyo emocional. Recuerda que tu dolor es genuino y digno de apoyo.