Para convivir con una mascota teniendo alergia, es importante saber cómo aparece y cómo combatirla.
Perros y gatos, por ser las mascotas más habituales, son las que más alergias provocan. Y a más hogares con mascotas, más alergias generadas. En 2020, en España había registradas unas 13 millones de mascotas, de los cuales a amplia mayoría eran perros.
No es el pelo. Los alérgenos se encuentran en la caspa de la mascota, en las escamas de la piel, la saliva y la orina. Al tener alergia a alguna de estas sustancias, lo usual es que los efectos se manifiesten en forma de estornudos, congestión nasal, goteo nasal, ojos rojos , tos, eczema, picor en la piel o dermatitis alérgica.
En contra de lo que se cree, no hay perros hipoalergénicos, pero sí hay variaciones en la concentración de alérgenos en función del género del animal, y de si éste está castrado.
Puede ocurrir que seamos alérgicos a nuestra mascota y no lo sepamos. Esto se manifiesta cuando pasamos un periodo prolongado sin la compañía de nuestro animal, y al volver a convivir, aparecen reacciones alérgicas. También puede ocurrir que tengamos síntomas durante la noche, ya que durante el día estamos fuera de casa.
Para evitar la alergia, las dos medidas principales son limpiar la casa de manera reiterada, y evitar contacto con el animal. Se entiende que, por motivos afectivos, lo segundo es bastante más complicado.
Como entendemos que el contacto con una mascota es algo necesario, es preciso lavarse las manos tras tocar a nuestra mascota y mantener sus zonas comunes siempre limpias. Lavar a nuestra mascota una vez a la semana, ayuda a reducir la presencia de alérgenos.
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