Un perro sin raza con un gato entre sus patas. Una placa conmemorativa con un texto dedicado a los animales y a quienes los cuidan. Así es la estatua dedicad a concienciar y combatir contra el maltrato animal, que está ubicada en Moaña, Galicia.
La piedra fue donada por una cantera local, y corrió a cargo de Carmen Grandal su elaboración. Pero sin duda, fue el ímpetu de Lela Soage, fundadora de la Protectora de Animales de O Morrazo, la que llevó a ese hecho.
Lela Soage, como decimos, fundó la Protectora, que a día de hoy es la única de la comarca. Ya en la década de los 80, y tras empezar acogiendo animales en su propia casa, solicitó al Ayuntamiento la cesión de unas instalaciones de una antigua granja en Broullón. Además de su propio dinero, Lela puso todo su físico, ya que la zona estaba muy apartada, y no había luz ni agua por aquel entonces. Como era de esperar, el número de animales superaba ampliamente el máximo estipulado.
Pero Lela creía en su proyecto, y finalmente en 2010 se colocó la estatua, un símbolo con el que Lela pretendía transmitir que el abandono también es un tipo de maltrato con el que hay que lograr terminar. Lamentablemente, Lela nos dejó en 2019, tras pasar años yendo a ver a sus hijos en silla de ruedas debido a un accidente doméstico.
Tres mujeres, Laura (presidenta), Clara (tesorera) y Lorena (Secretaria) son las que hoy llevan la protectora. Unas cuarenta personas ayudan de manera desinteresada a lo que necesiten en las instalaciones, llegando a aportar sus propios domicilios como almacenes, pero también aportaciones económicas.
La protectora quiere llevar el mensaje de que una mascota siempre es una responsabilidad, y es necesario siempre darle un buen trato, algo que no siempre ocurre, a tenor de los abandonos anuales que seguimos padeciendo. Es por eso que en la placa que acompaña a la estatua, puede leerse lo siguiente:
En homenaje a todos los animales abandonados. A nuestras mascotas, por el cariño que nos dan y por los valores que nos enseñan. A las personas que respetan los derechos de los animales y que no los convierten en el capricho de un día para luego maltratarlos y abandonarlos. A las personas y asociaciones que, de forma altruista acogen y cuidan a los animales abandonados para mitigarles su sufrimiento. A las personas que, leyendo este mensaje, harán algo para que desaparezca la crueldad y el abandono que padecen muchos animales. Ellos también son seres que sufren, no los abandones
La estatua de Moaña fue la primera pero no la única en España. Sin dejar Galicia, en la plaza de Lugo, A Coruña, la estatua del perro Ney preside la zona. Este pequeño, acompañó las duras jornadas de la dueña de la floristería Armonía. Llegó a ser muy famoso en el lugar, y tras su fallecimiento en 2014, se le rindió este homenaje.
Fuera de las fronteras gallegas, tenemos estatuas mascoteras en Valencia, con el perro Tristán y la gata Soledad, Oviedo con el perro paseante Rufo, o Cadiz, con el homenaje a Canelo, perro que esperó doce años en al puerta del hospital por su dueño fallecido.