El humo del tabaco afecta a los animales. Inhalar este humo por parte de los peludos de la casa, hace que puedan sufrir cáncer. Recordemos que gracias a este humo, su situación se ve como la de un fumador pasivo.
Ya que el sistema respiratorio de las mascotas es parecido al de los humanos, las posibilidades de ser fumador pasivo son las mismas que las de una persona. Peor el problema no es solo el hecho de inhalar ese humo, si no que además, éste puede adherirse a la piel de las mascotas y provocar daños en pelo y cuerpo.
Las mascotas que conviven con dueños fumadores son más propensas a padecer asma o bronquitis. El humo que inhalan contiene sustancias tóxicas que se adhieren a los pulmones. A la larga, la consecuencia es el fallecimiento de la mascota.
Lo más probable es que la mascota desarrolle cáncer de pulmón. Las sustancias del tabaco alteran la estructura celular de los pulmones, deviniendo en tumores malignos.
Otros efectos son las alteraciones cardiovasculares. En este caso, el corazón tiene dificultad para bombear sangre, lo que desencadena insuficiencia cardíaca o vascular. Por otro lado, la sinusitis crónica destruye la mucosa respiratoria. Esta mucosa es más sensible en los animales, así que el efecto es devastador.
Y debido a que las mascotas son de tamaño pequeño (en comparación con la altura humana), son más propensas a absorber las sustancias del tabaco que quedan adheridas en las superficies.
En definitiva, fumar y tener mascotas en casa es altamente incompatible. Hay que tomar medidas para que las mascotas se mantengan sanas y felices.
Vía: OkDiario.