Las mascotas no son un artículo de lujo
Una mascota cambia una vida. Las mascotas son capaces de llevar luz al día a día de aquellas personas que se encuentran solas en sus hogares, por circunstancias de la vida. Una mascota hace que no estemos solos, hace que nos comuniquemos con ellos, y ellos nos escuchan. A lo largo de su historia, los perros han desarrollado la mirada como medio de comunicación, y aunque parezca que no nos entienden, raro es que no respondan a nuestras peticiones con algún tipo de señal acústica. Un perro obliga a salir y relacionarse, haciendo que la persona se sienta útil y responsable de una vida ajena. Además, mejora nuestras capacidades sociales al pertenecer al grupo de propietarios, círculos que se crean con suma facilidad. Las mascotas no son artículos de lujo.
Una mascota llega a una familia y supone una revolución. El vínculo con los pequeños de la casa es más ilusionante que el que podrían crear éstos con un smartphone o un juguete. Los niños aprenden y reflejan su autoridad siempre amable con el cachorro. Los padres revivien momentos de la infancia o sacian su deseo de mascota. No son un artículo de lujo.
Para las personas invidentes, el perro supone una guía, un compañero fiel. Ante sucesos catastróficos, el perro no descansa a la hora de buscar supervivientes. Para aquellos ancianos que habitan en residencias, los perros son los captadores de cariño al mismo tiempo que lo dan. Para la policía, contar con un compañero can es una oportunidad más para el trabajo exitoso, y no es raro que se cree un vínculo de afecto que dure para siempre. No son artículos de lujo.
Tener una mascota no es un lujo. Lo que rodea a su vida sí puede que lo sea: productos de alimentación, productos estéticos, ropaje, el propio pedigree…Y sin contar con el gasto obligatorio en su salud. A elección de cada uno está el adoptar a una mascota abandonada o adquirir una mascota por un montante económico, pero poner una mascota en nuestra vida y dejarnos atrapar por su inmenso amor, supera toda necesidad para su bienestar. Y eso no es un lujo. Es un regalo.
Vía: ABC.
