Cada vez son más las zonas de playa que admiten la presencia de mascotas. Hace años, esta idea era impensable, y los dueños tenían que acudir a residencias o buscar ayuda familiar. Pero eso parece cosa del pasado
Antes de acudir a la playa, hay que preparar la mochila del perro, en la que debemos llevar su documentación, agua y bebedero, productos de alimentación, algún juguete y bolsas para recoger sus necesidades Y una vez llegamos a la playa:
Cuando regresemos a casa, debemos duchar a nuestra mascota para eliminar todo rastro de sal y arena, además de revisar bien zonas sensibles como la orejas.
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