Superar el duelo por la pérdida: dudas y consejos

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agosto 4, 2021

Siempre están ahí. Pasamos incontables horas a su lado. Lo compartimos todo con ellos. Cuando se marchan, dejan un gran vacío y es beneficioso vivir una etapa de duelo ordenada por su pérdida.

Es normal negarse a aceptar la marcha de nuestro compañero peludo. Extrañamos los recibimientos, el cariño constante o los ruedos a lo largo de la casa.

También suelen venir a nuestra cabeza sentimientos de culpa, sensación de haber podido hacer más. Cada caso es particular, pero uno siempre hace todo lo posible por su mascota, por lo que es crucial eliminar ese pensamiento que nos arrastra.

¿Es normal sentirse así?

Por supuesto. Estar triste por la pérdida de un ser querido, ya sea humano o animal, es algo adherido a la condición humana. No es un motivo de burla, y no debemos tener una percepción negativa de nosotros mismos por sentirnos así.

No tengas en cuenta a aquellos que te dicen solo es una mascota, ya que no lo entienden. Y si tienen un peludo en casa y siguen pensando así, compadécete de ellos.

En los primeros días de duelo, es crucial expresarlo, no es bueno guardarlo para uno mismo, ya que puede devenir en tristeza continuada e incluso generar ansiedad.

He tenido que dormir a mi mascota y me siento culpable

Es una decisión difícil, ya que es una enorme responsabilidad decidir sobre la vida de un ser que nos quiere tanto, pero que al mismo tiempo está sufriendo.

Piensa que es un acto de piedad, nuestra mascota nos ha dado años y años de cariño, y no podemos ser egoístas con su sufrimiento. A la larga, es algo que afecta tanto a su bienestar como a nuestra conciencia.

Si en tu domicilio hay menores, es importante hablar con ellos de manera clara sobre estas cosas. La muerte es parte de la vida, y para ellos, este trance puede suponer un refuerzo de cara a la adolescencia y la vida adulta. Muéstrales el respeto que hay que tener a un animal y construiremos una sociedad mejor.

¿Qué hago con sus cosas?

Eso es algo que solo puede saber uno mismo, pero hay dos opciones claras.

Por un lado puedes dejarlas en casa. Si más adelante vas a adoptar a una mascota, o ya tienes animales en casa, son útiles que pueden servirte. O si tu mascota ha sido incinerada, puedes guardar sus recuerdos junto con sus cosas, a modo de altar.

Por otro, puedes donarlas a un centro de adopción. En estos centros nunca sobra una cuna o una manta para aliviar la estancia de los animales. y tanto peludos como humanos te lo van a agradecer.

Hagas lo que hagas, nunca tires sus cosas. Pueden ser útiles a tu proceso de duelo, o para otros animales.

¿Cuándo adopto una nueva mascota?

Esto es una decisión personalísima, por lo que vamos a exponer lo que consideramos el mejor procedimiento.

Lo primero siempre debe ser vivir las fases de duelo. Durante este proceso, no estamos mentalmente preparados para introducir otra mascota en nuestras vidas. El dolor por la pérdida es reciente, y es normal no querer volver a pasar por ello.

Una vez haya pasado un tiempo prudencial, debemos pensar muy bien qué mascota queremos adoptar y tener claro los sacrificios que ello requiere.

Una vez nuestra nueva mascota está en casa, hay que evitar todo tipo de comparaciones con la que marchó. No debes esperar de este nuevo peludo unos comportamientos similares al anterior, ya que es alguien diferente. Acéptalo y conócelo, ya que es único.

¿Cómo cuido a las otras mascotas que tengo en casa?

Si tu peludo convivía con otros, es normal que la manada lo extrañe, sobre todo si se trataba de hermanos o mascotas que hubiesen llegado al mismo tiempo.

Es crucial atender con mucha atención a las mascotas que quedan con nosotros. Si es preciso, multiplicar los cariños y atenciones. Nuestras mascotas buscarán al que ya no está y se entristecerán, ya que las mascotas sienten. Tenemos que estar ahí, para ellas.

Lo que parece una losa más en este duelo, en realidad es una ventaja, ya que estaremos dando cariño a unas mascotas y al mismo tiempo, aliviando nuestra pena.

¿Qué recursos tengo para superarlo?

Tienes muchos más a tu alcance de los que piensas.

Ayúdate de todo lo que conoces. Lo primero, de ti mismo. De tu familia, de tus amigos, de las mascotas con las que jugaba en el parque. Exterioriza el pesar con aquellas personas que te entiendan y déjate ayudar por tu círculo.

Si lo necesitas, escríbele una carta a tu querida mascota, cuéntale todo lo que habéis vivido, y guárdala. Dentro de un tiempo la encontrarás, y sonreirás reviviendo todos los recuerdos juntos.

Esos recuerdos son parte de vuestra vida: eventos, viajes, paseos… durante sus años contigo, ha estado a tu lado siempre, y es parte de esos recuerdos.

El dolor va a desaparecer con el tiempo, y solo va a quedar lo vivido.

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