Carnavales, Semana Santa o vacaciones de verano son algunos momentos del año donde decidimos hacer un viaje, y cada vez somos más los que organizamos el itinerario incluyendo el bienestar de nuestra mascota. Este asunto no es baladí, ya que el viaje es una de parte importante del proceso, y nada debe quedar al azar.
Empezamos por lo básico: una mascota suelta en los asientos traseros es un peligro, no solo para nosotros si no para el resto de viajeros. Antes de empezar el viaje, procura que la mascota haya hecho sus necesidades, ya que así estará más tranquila. Durante el trayecto, hay que hacer diversas paradas para que nosotros y la mascota podamos estirar las piernas. Vigila siempre estacionar en áreas donde se permita la compañía animal.
En la medida de lo posible, instala una barrera fija entre pasajeros y mascota, ya sea una red de nylon o rejas a medida. Otra opción es guardar a la mascota en el transportín. Puede parecer algo falto de sensibilidad, pero durante el viaje debemos estar atentos a la carretera.
Y ahora vamos con un clásico en algunas fotos de viajes con mascotas. La cabeza fuera de la ventanilla queda muy bien en postales, fondos de pantalla o películas de cine, pero en la vida real, hay que evitar a toda costa que la mascota lo haga, ya que cualquier elemento físico puede lesionarla de gravedad.
Y por último, si estacionamos pero la mascota no sale del vehículo, dejemos una de las ventanillas levemente abiertas, para que la mascota no se deshidrate. Esta es una medida a tener en cuenta especialmente en verano.
Y dicho esto, solo nos queda desearos un muy feliz viaje.